Elegir el compresor adecuado es muy importante,
dependiendo de para que los queramos concretamente, las horas de uso y los litros
de consumo, porque dependiendo del compresor puede llegar a recalentarse.
Consumen muy pocos litros de aire por minuto, trabajan con niveles relativamente bajos de
presión. Uno o dos bares de presión, por lo que, lo realmente importante es: Tiempo
de uso, nivel sonoro, capacidad del tanque de aire, flujo de aire y presión máxima
permitida.
Si se necesita trabajar muchas horas seguidas, se necesitará un compresor con, por lo
menos, cuatro bares de presión, cuyo depósito sea de más de tres litros.
Solo los compresores con tanque de aire suministran un flujo constante, sin
pulsaciones. Esto es fundamental para realizar trabajos de gran calidad, sin
irregularidades.
Los más completos vienen con filtro de humedad, con regulador, corte automático, una
válvula de seguridad y sus manómetros correspondientes.
Un compresor no es otra cosa que una máquina capaz de absorber aire ambiente y
lo comprime para impulsarlo a una presión superior a través del cuerpo del aerógrafo u
otra superficie en forma de tubo. Hay muchos tipos, pero nos centraremos en
aquellos que por su tamaño, forma, presión de aire, etc, son idóneos para la
aerografía. Destacan estos cuatro:
Compresor de aire a pistón
Son los que se utilizan con mayor normalidad. La compresión se
efectúa a través del movimiento de un pistón, que se mueve alternativamente, accionado
por una biela – manivela. Tienen la virtud de ser transportables, muy ligeros.
Recomendables para maquillaje, pastelería, modelismo… No aptos para murales, grandes
obras, etc…
Compresor a membrana
De construcción sencilla, por tanto, los más económicos de los tres.
Se trata de una membrana se que acciona por una biela, sobre un eje motor excéntrico. No
es recomendable, pues el flujo de aire no es constante, lo que lleva a rociados
irregulares y la imposibilidad de control total de pintura. También son conocidos como
compresores de diafragma.
Compresor silencioso
Son los más adecuados para la aerografía, pues, como su propio nombre indica,
resultan muy poco molestos al oído. Se pueden usar durante mucho más tiempo,
prácticamente no generan ningún tipo de humedad, aparte de ser pequeños, limpios y
seguros.
Latas de aire
Son recipientes que contienen gas no tóxico, a presión, para ser
usados como suministro de aire. Poseen una válvula especial, que es conectada a la parte
superior. Ésta, por medio de una manguera, es conectada al aerógrafo. La superior se
ajusta a medida que se acaba el aire. Como suelen helarse, deben ser
introducidos en un recipiente al baño maría, para que se licúen.
Vienen en diferentes tamaños y su carga es muy escasa, así que es
muy fácil que se nos acabe en el momento menos oportuno. Digamos que son idóneos para
utilizar en caso de emergencia, ya que resultan muy prácticos.
Un gran inconveniente es que son muy caras para lo que realmente son, ya que
tan solo se usan en casos de emergencia y debido a su reducido tamaño.
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