No puede hablarse de aerografía sin el uso de
máscaras, es decir, sin la protección o reserva de zonas específicas de la ilustración
o cualquier otro trabajo realizado con nuestro aerógrafo. La reserva de espacios se
realiza para proteger cambios de color o espacios delimitados. A esto es a lo que llamamos
un enmascaramiento.
Salvo trucos muy profesionales que cada artista va descubriendo a través del tiempo y
la práctica, las máscaras más comunes se clasifican bajo cuatro denominaciones
concretas: Máscaras fijas, máscaras móviles, máscaras aéreas y máscaras
líquidas.
Máscaras fijas
Imprescindibles para trabajos con mucho detalle, que requieran cubrir y
descubrir zonas de manera simultánea. Se trata de una película autoadesiva que
se vende en hojas o rollos de distinto metraje. Esta película transparente viene cubierta
por un papel protector que debe despegarse durante su aplicación. Se adhiere al soporte
con mucha facilidad e impide que el color se filtre por debajo.
Máscaras móviles
Son máscaras que pueden fabricarse con cualquier tipo de papel. Se
llaman móviles porque se utilizan en cosas poco comprometidas, para realizar algún
límite o color y se sujeta con la mano. Recortando un simple papel con la forma que
necesitamos estaríamos creando una de éstas máscaras.
Máscaras aéreas
Las máscaras aéreas deben ser rígidas, utilizando por ejemplo
cartulinas, y su uso está destinado a producir formas de caracter vaporoso,
es decir, no rasgado. Se utilizan cuando uno no necesita demasiado detalle, o cuando se
tiene mucha práctica y pulso en el uso de las máscaras.
Máscaras líquidas
La máscara líquida se utiliza para la reserva de pequeños detalles o para realizar
negativos. Éstos se venden en forma de goma líquida y se aplican en plumilla o
con pinceles directamente sobre la superficie que queramos tratar. Dejaremos
secar el líquido unos segundos, para luego retirar la película, o bien rozándola con el
dedo, o bien aplicando un borrador. Este tipo de máscara en concreto es muy común en el
mundo del cómic.
Para llegar a ser bueno con el aerógrafo, no basta sólo con nuestra habilidad o las
horas que nos tiremos practicando. Hay que tener muy claro en lo que estamos trabajando,
para saber que tipo de máscara debemos utilizar. Todo ello dependiendo del tipo de
actividad que estemos realizando con nuestro aerógrafo, como hablaremos en el capitulo
siguiente, usos del aerógrafo. |